Prisa por demostrar. En el afán por dejar claro que somos distintos del antecesor se pueden tomar decisiones excesivamente arriesgadas para la empresa, cegados por el afán de obtener pronto un éxito rotundo.
No respetar el "Código genético". Toda la organización que ha tenido éxito es porque ha hecho las cosas razonablemente bien y tendrá un código genético que le habrá favorecido en esos logros. Lo peor que puede hacer es no respetar ese código.
¿Qué debe hacer la empresa?
¿Buscar dentro o fuera?
Cuando hace falta un cambio fuerte es aconsejable contar con personas de fuera; pero si es preciso hacer una revolución, quizá alguien de dentro pueda tener muchas ventajas.
Preparar la sucesión
Hay que identificar un grupo de personas con potencial para ir preparando la sucesión, teniendo una política clara, ejecutándola durante muchos años. A este grupo hay que proporcionarle experiencias diferentes y observar su rendimiento en muchos contextos.
Esperanza y Confianza
La gestión del cambio cuesta, puesto que la llegada del sucesor se ve con temor, sobre todo si han ido bien las cosas. Es fácil pensar que para qué cambiar. Por eso, lo más importante es la confianza.
... pero con control
La empresa no debe descuidar la labor del nuevo líder, debe vigilar que los cambios no lleven a dar bandazos y se trate de cambios ordenados.
Acciones visibles
Cuando llegue el momento de la sucesión en el cargo, se deben hacer algunos movimientos de cara a la galería, porque indican que la cosa ha cambiado.
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