Oferta de trabajo: vetados mayores de 35
Por: Amanda Mars
- La discriminación por edad va a más y, a veces, ni se oculta
- Los anuncios que excluyen a empleados maduros inundan la Red
- Las firmas temen menor disponibilidad y mayor exigencia salarial
Una
empresa de Málaga del sector del marketing acaba
de publicar un anuncio en Infoempleo, uno de los múltiples portales
de ofertas laborales del sector, en el que ofrece cinco puestos para
representar a “marcas importantes”: 15.000 euros, trabajo de
lunes a viernes... Se requiere buena presencia, experiencia en el
trato con el público y capacidad de trabajo en equipo. Y algo más:
una edad comprendida entre los 18 y 35 años. En Infojobs, también
justo antes de Nochebuena, una compañía química busca a un
operario técnico para trabajar en su fábrica de Zaragoza. Pide una
titulación de FP II o ingeniería técnica, experiencia de tres
años, conocimientos en equipos de inyección, mecánica, hidráulica,
sentido de la responsabilidad, organización… Pero cualquiera que
cumpla todos esos requisitos, si tiene más de 35 años, puede
abstenerse de enviar su currículum, ya que la compañía química
especifica que quiere contratar a personas de entre 25 y 35 años.
También tiene muy claro lo que busca el responsable de una panadería
en Albolote (Granada), que en Milanuncios.com explica que, para
atender en el local, quiere a una “chica”, de “20 a 30 años”
y que sea del municipio.
Es
interminable el rosario de ofertas de trabajo que se puede encontrar
en Internet en el que cualquier persona que pasa de los 35 años,
exclusivamente por el hecho de pasar de esa edad, está descartada,
cumpla o no con los requisitos del perfil que busca la empresa. Hoy
por hoy cuesta imaginar que una empresa diga abiertamente que solo
busca trabajadores de una determinada raza, o que rechaza a una etnia
concreta, y que las personas de un sexo (hombres o mujeres) pueden
abstenerse de optar al puesto. Pero la discriminación por edad se
asume hasta el punto de que se pone negro sobre blanco sin demasiados
complejos en las ofertas de trabajo. Y, aunque no todas las empresas
ponen el filtro de la edad de forma explícita en sus anuncios, no es
ningún secreto que los obstáculos para vender en un proceso de
selección aumentan a partir de los 40 años.
El desempleo en España (Pincha aquí)
“No
creo que sea normal, bonito, ni que a nadie le guste, cualquier
criterio de selección que sea discriminatorio, que no tenga que ver
con la capacidad y aptitudes de la persona, es negativo”, señala
Nekane Rodríguez, directora de Lee
Hecht Harrison,
que es la división de Adecco especializada en recolocación de
trabajadores, sobre todo, en aquellos de más de 40 años. Algunas
compañías contratan a esta firma para ayudar a encontrar un nuevo
trabajo a los empleados despedidos. No todos los procesos son
iguales, las compañías valoran la experiencia, sobre todo en los
puestos de mando, pero Rodríguez admite que algunas empresas no
quieren contratar a trabajadores de más edad. “Nosotros intentamos
saltar esa barrera para conseguir que vean a alguna persona de, a lo
mejor, 50 años, que es muy buena y sabemos que va a encajar con el
perfil que busca la empresa”, apunta.
¿Por
qué muchos empresarios recelan de los trabajadores de más de 30?
Por toda una serie de creencias, por los valores que se asocian a la
juventud y los que se asocian a la madurez. “Hay quien cree que,
cuantos más años, hay más vicios adquiridos, menos disponibilidad
a viajar, mayores exigencias salariales, más riesgo de que abandonen
en cuanto encuentren algo más adaptado a su experiencia…”,
apunta la experta en recolocación.
El
problema es cuando el candidato de más de 40 años no tiene siquiera
la oportunidad de aceptar el sueldo que le ofrecen, explicar que es
flexible o que no tiene problema alguno en viajar con cualquier
persona de 28 años, el problema es cuando la edad excluye a priori.
Y es que el paro
juvenil español
acapara titulares y discursos políticos en Europa, pero la lacra del
desempleo de las personas de más edad tiene un horizonte mucho más
oscuro, porque los problemas para encontrar un primer empleo que
sufren los más jóvenes por la falta de experiencia se acaba
superando con prácticas, o primeros empleos no remunerados, pero la
discriminación por edad, conforme se cumplen los años, solo va a
más.
La
bolsa de parados de larga duración, de los que llevan más de dos
años sin encontrar un trabajo, se ha disparado en España como
consecuencia de la crisis, pero para los que además tienen más de
45 años, supone un grave riesgo de quedarse descolgado del mercado
incluso cuando llegue la recuperación. Hoy por hoy, de los casi seis
millones de parados que hay en España, 1,7 tienen entre 40 y 65
años, frente a los 315.000 que había antes de la crisis. La tasa de
desempleo roza el 20%, un nivel menos llamativo que esa mitad de
población activa parada entre los jóvenes, pero tiene otras
particularidades.
El
economista Marcel Jansen, experto en el área laboral de la Fundación
de Análisis Económicos (Fedea),
advierte cómo ha crecido el paro de larga duración y se concentra
en trabajadores mayores y poco cualificados. Este desempleo, el que
se prolonga durante, al menos, más de un año, sigue repuntando y ya
afecta a prácticamente el 60%. El problema es que la tendencia se
retroalimenta: cuanto más tiempo se busca empleo, menos probabilidad
de encontrarlo. Y se concentra sobre todo en el colectivo de mayores
de 45 años y que solo cuenta con la educación obligatoria.
“Preocupa
porque las posibilidades de encontrar empleo para estas personas son
pocas incluso con la economía en recuperación y eso puede poner en
riesgo la recuperación del mercado laboral. Hay millones de
trabajadores que cuando la economía empiece a crecer de verdad
llevarán años fuera del mercado laboral y las políticas deben
centrarse en esto”, alerta el experto. “La mejor medicina es
crecer, pero hay personas para las que no va a ser suficiente”,
añade.
Jansen
defiende la necesidad de hacer la contratación de las personas de a
partir de esa edad “más atractiva” y plantear la posibilidad de
“compatibilizar la prestación con un salario, de tal manera que
pueden aceptar un salario bastante bajo sin verse afectados en
términos de renta. Es una opción que se usa en otros países y que
habrá que valorar aquí”. Hay muchos jóvenes sin trabajo, señala
el profesor, “y toda la atención va dirigida a ellos, pero el
joven tiene toda la vida por delante, es más flexible, puede volver
a casa de sus padres y, si habla idiomas, incluso puede marcharse
fuera de España, pero una persona de 45 o 50 años, con la actual
coyuntura y sin ayudas, muchas veces se ve abocada a la inactividad y
va a quedar afectada su pensión”. “Debe apoyarse la formación
en los casos en los que sea necesario, pero también incentivar la
contratación del colectivo mediante bonificaciones o hacer
compatible la prestación con el salario durante un tiempo limitado,
más allá de eso lo tienen muy difícil”, recalca.
La
inacción, a su juicio, no es una opción: “Tendremos un problema
social enorme si salimos de la recesión con ese volumen de gente
mayor sin empleo porque sus derechos a una pensión se van a ver muy
limitados, es un problema fundamental”.
A
la postre, los incentivos suponen ofrecer a las empresas ayudas para
que no discriminen a la población de más edad, es decir, para que
respeten lo que es un derecho constitucional. “Pero no vas a probar
judicialmente que es una discriminación, porque el empresario
contratará a quien decida, lo que nosotros podemos hacer es más
atractiva esa contratación para el reempleo de las personas
mayores”, insiste Jansen.
En
este aspecto coincide Jordi Juan, abogado del bufete
laboralista Col.lectiu
Ronda.
“Faltan herramientas para poder probar una situación de
discriminación por edad en la selección de personal; siempre
primará la libertad de empresa para elegir a sus trabajadores, no
hay jurisprudencia al respecto, solo en casos de despidos
colectivos”, explica. Lamenta, además, que, a su juicio, “ha
faltado voluntad política para atacar el problema y España tiene
una de las tasas de actividad más bajas entre los mayores de 45
años”.
No
falta regulación. La
ley 56/2003 de Empleo recoge
en su artículo 22bis que “los servicios públicos de empleo, sus
entidades colaboradoras y las agencias de colocación en la gestión
de la intermediación laboral deberán velar específicamente para
evitar la discriminación tanto directa como indirecta en el acceso
al empleo”. Añade, en esta línea, que “los gestores de la
intermediación laboral cuando, en las ofertas de colocación,
apreciasen carácter discriminatorio, lo comunicarán a quienes
hubiesen formulado la oferta”, aunque solo señala en particular la
criba por razón de sexo.
También
el artículo 17 del Estatuto
del Trabajo recalca
que sexo, origen o edad, entre otros, no pueden suponer ningún
perjuicio en la negociación colectiva en las empresas o en las
condiciones laborales, aunque no lo específica para el acceso al
trabajo. Sí señala, por el contrario, la posibilidad de medidas de
discriminación positiva en las políticas de empleo, ya que “el
Gobierno podrá otorgar subvenciones, desgravaciones y otras medidas
para fomentar el empleo de grupos específicos de trabajadores que
encuentren dificultades especiales para acceder al empleo”. Y, la
propia Constitución, en su artículo 14, ya deja claro aquello de
que “los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda
prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza,
sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia
personal o social”.
Para
Juan, “al final la situación es muy esquizofrénica: se pide que
cada vez se amplíe más la vida laboral, pero al mismo tiempo la
realidad del mercado intenta acortarla cada vez más”.
Fuentes
del Ministerio de Empleo explican que el colectivo de mayores de 45
años “se ha convertido en un objetivo prioritario” en la
estrategia y para las agencias privadas colaboradoras con los
servicios públicos de empleo. Aun así, es significativa cuánta
atención acapara el paro juvenil frente al de las personas de más
edad por el nombre como el que se da a la Estrategia de
Emprendimiento y Empleo Joven 2013-2016.
No
obstante, en este plan para emprendedores y empleo juvenil queda
contemplada una bonificación para las personas mayores, un contrato
generaciones que busca estimular a los jóvenes autónomos a fichar a
un desempleado mayor de 45 años con un contrato indefinido a tiempo
completo o a tiempo parcial con una reducción de la cuota de la
empresa a la Seguridad Social por contingencias comunes del 100%
durante el primer año de contrato.
Al
margen de la ayuda pública, Nekane Rodríguez lanza su consejo para
un colectivo al que se le hace cuesta arriba encontrar un trabajo y
advierte de que “las reglas han cambiado y ahora esto ya no va de
enviar un currículum entre miles, sino de manejar bien la red de
contactos para lograr llegar a la entrevista, pensar en el
autoempleo, presentarse como un buen candidato con experiencia para
una pyme… Sí, es cierto que la recolocación es más difícil,
pero ayuda tener claro que la actitud necesaria es diferente”.
Fuente: El País / Foto: Interesno